Volvimos a perder con papá

No hay caso, con JR tampoco podemos, tercer clásico de la era Carrasco y no logramos ganar en los 90.
Y eso que hicimos todo lo posible, más no se podía pedir, los líneas no nos cobraban los offside, nos regalaron un gol con una pelota que no entró al arco, jugamos con uno más casi todo el partido, y aún así nos rompieron el tuje una vez más.

Peñarol recibió una roja a mitad del primer tiempo por falta de atrás de Freitas, y minutos después Nuñez, con amarilla hizo también una falta desde atrás sin pelota que no recibió tarjeta alguna.
Tan obvio fue que debió haberse ido, que el mismo Carrasco cambió a Núñez instantes más tarde, sabiendo que el jugador estaba regalado en la cancha.
Así tuvimos un tiempo y medio con un jugador más, y no pudimos.

Ya perdiendo y jugando al pelotazo, logramos un corner en una jugada en que Cauteruccio recibe la pelota adelantado más de un metro, y el línea Changala, que en el primer tiempo frenó ataques de Peñarol por offsides inexistentes, no vió que estaba adelantado.
Para colmo de males Cauteruccio remató solo frente a Sosa y el golero la sacó al corner.
De ese corner vino el "gol", en un tirito en que la pelota es sacada de la línea por Domingo, pero que el línea Changala, al que sólo le faltó gritar el gol besarse el bolsillo, salió corriendo dando por válido el gol.
Es una suerte que aún tengamos adeptos en el arbitraje para emparejar un poco las cosas, ya que sin hombres de más y goles inventados estábamos en el horno.

Lamentablemente contra Peñarol no es suficiente tener uno de más, ni tampoco tener los jueces a favor, y en una jugada donde quedó evidenciado los pocos huevos que tiene nuestra defensa, nos clavaron el segundo y nos morimos anímicamente.

Perdimos como miserables, nos llenamos la boca con el tiki tiki y pasamos tirando ollazos al área, no tuvimos huevos, actitud, ni capacidad. Lamentable.
Ya con dos semanas de trabajo nos superaron ampliamente y ni con los jueces "equivocándose" a nuestro favor pudimos emparejar las cosas.
Afuera de la cancha, en las tribunas, la paliza fue mayor aún que adentro, todo amarillo y negro.
No hay caso, somos hijos, ya ni sentido tiene discutir lo evidente.

Nacional de Montevideo

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