Estaba peligrando la continuidad de JR, se acercaba el tercer mes del año y sólo habíamos podido ganar un único partido, amistoso, y encima contra un equipo chileno que quedó sin técnico.
Lamentable.

Por eso era importante ganarle a alguien, sin importar cómo.
Obviamente muchos dirán que le ganamos a un rival mediocre, y que lo conseguimos gracias a que el juez no cobró un clarísimo penal cuando Nuñez se tiró a los pies de un delantero papal y atajó con la mano en el área chica una pelota de gol.
Es verdad, claro, que ganamos así, pero eso no importa, de hecho ganar así, con ayuda de los jueces forma parte de nuestra gloriosa historia, lo que ahora llamamos "Cultura Nacional".
Cualquier bolso que se precie de tal sabe que desde nuestros orígenes hemos ganado partidos y hasta campeonatos de esta forma, en la liga, en los escritorios, o en la designación de los árbitros.

Lo importante era ganar, y se ganó, que es lo que importa, lo demás es bla bla bla.
Porque si nos ponemos justos, entonces no ganamos más, y eso no puede ser, así que bienvenidas sean las "equivocaciones" de los jueces.

Si logramos mantenernos en esta senda, y los jueces siguen con problemas en la vista contra nosotros, tenemos chances de realizar una campaña decente, en la que podamos incluso terminar el campeonato de mitad de tabla hacia arriba y todo.