A Independiente, nuestro macho en Argentina, le dicen el Rey de Copas, eso nos convierte a las gallinas de Nacional casi en la Reina de Copas, cosa que nos encanta.
Ayer jugaron contra nuestro rival, Defensor, equipo que odiamos porque pretende arrebatarnos el lugar de segundo mejor equipo de Uruguay.

Nosotros, muertos de envidia por mirarlo por la tele, queríamos que ganara el equipo argentino, obvio, igual que mañana vamos a hacer fuerza por que pierda Peñarol contra Goiás.

Cuando a Martín Silva le rompieron la cabeza de una pedrada dijimos que era un cagón que se hacía el lastimado para no jugar. Por suerte se levantó y el partido pudo seguir para que ganara nuestro novio, el glorioso rojo de Avellaneda.

Después del partido nos dedicamos a descansar a todos los tuertos que encontramos, "Desertor afuera de la copa!!", que gozadera. De la piedra nada, por supuesto.
Si fuera Peñarol el de la pedrada, estaríamos todavía hablando de eso nada más, pidiendo que les saquen puntos, que el partido se juegue de nuevo, etc.
Pero como es Independiente, y hay amor, de eso no se habla, hablamos de qué bien jugó nuestro amado rojo.