
Hace meses ya fue noticia que Ricky Martin había decidido salir del closet y confesar su condición de hincha de Nacional.
Ya convertido en socio vitalicio, mimado y agasajado como corresponde por las autoridades del club, el ídolo gallina adquirió un palco en el Gran Garque Central, ese lugar tan paquete donde por suerte la mersa no entra, no hay popular, y los grasas se quejan de clasismo sin que por fortuna nadie les dé bola.
Queremos a más gente linda como Ricky, alentando siempre cuando ganamos, yéndose 15 minutos antes si perdemos, como todo buen bolso.
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