Como anticipamos hace días, pasar el grupo contra 3 equipos de tercer orden en la escala sudamericana era una cosa, pero ganarle a un equipo más o menos en serio era otra, nos quedaban dos partidos para eliminarnos, y Cruzeiro nos eliminó por paliza.

Se puede perder, empatar o ganar, pero no se puede hacer el ridículo, y es lo que hicimos. Nos dieron una paliza increíble en Brasil, y nos dieron una paliza mucho mayor en nuestra propia cancha.

La hinchada, fiel a la tradición de ser la gallina del Uruguay, a los 15 minutos estaba muda.
Lembo, Coates, Alvaro Gonzalez, Regueiro, Varela y Ferro creyeron que a los brasileritos se les ganaba metiéndoles el gaucho, poniendo cara de malos, dando patadas a diestra y siniestra, y resultó claro que no era así.
Porque a los brasileros ya no se les gana así, porque además la fama internacional de Nacional como cuadro cagón ha aumentado, ya no queda país donde no se sepa que somos las gallinas de Uruguay.

Faltó jugar al fútbol, faltó meter huevo, que no es lo mismo que poner cara de loco, faltó aguante, no te podés tirar al piso a mariconear porque te tocaron la cara después de patear a alguien en el piso... etcétera.

Queda claro que por más que nos den ventaja jamás alcanzaremos las 5 Libertadores de nuestro rival, nos queda grande, a admitirlo.