Ayer tras ganar la finalísima con un gol de pedo que rebotó en la barrera y se fue contra el palo de casualidad en el único tiro al arco que hicimos, nos consagramos campeones uruguayos contra Defensor, en un devaluado campeonato en que el candidato lógico (Peñarol) se dedicó a la Libertadores descuidando el torneo local.

Así ganamos nuestro campeonato uruguayo número 43, y quedamos tan solo 5 campeonatos por debajo del mejor equipo de Uruguay, Peñarol.
Seguimos siendo el segundo equipo más importante del país, lo que nos llena de orgullo.

Es verdad que no pudimos festejar mucho, porque sabemos que nuestro tan envidiado padre está por jugar la final de la Copa Libertadores, lo que empaña y empequeñece nuestro logro, pero igual estamos felices.
Siendo el equipo que más veces ha salido segundo en su país en la historia del fútbol, ganar algo no deja de ser casi épico.