Anoche jugamos el primer clásico del año, por la Copa Bimbo, y comimos de la mano.
Los manyas nos ganaron sobrados, y nos salvamos por una pelota en el palo un par de jugadas con mala puntería de caer goleados.
Jicimos un solo tiro al arco más o menos peligroso que atajó el arquero de nuestro padre Peñarol.
Así que empezamos el 2013 como siempre, comiendo de la mano de papá.
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