La hinchada gallina no llevó pirotecnia porque iban a abrir la bandera uruguaya que usualmente despliegan cuando juega la selección. 

Es bien sabido el gusto de las gallinas del parque por apropiarse de símbolos nacionales para compensar su desventaja en materia de logros comparados con su padre y rival de siempre, Peñarol.

Así la tribuna se vio apagada, aburrida, fría, al recibir a sus jugadores, en contraste con el clásico calor del recibimiento del Campeón del Siglo, que es mundialmente conocido y destacado.

Para mantener el tono de amargura que les caracteriza, al intentar desplegar la bandera en cuestión tuvieron serias dificultades, precisaron varios intentos fallidos antes de lograr abrirla correctamente, cosa que les ocurre con frecuencia. 

Parte de la dificultad seguramente se debió a la poca gente que acompaña a los tricolores cuando no están en racha ganadora.

Es ya parte del folklore que los hinchas tricolores aparecen cuando ganan, después desaparecen en las malas.

Fieles a la costumbre de abandonar, una vez terminado el partido se retiraron dejando abandonada la bandera.

Seguramente no tenían suficiente gente para cargarla, o quizás al perder se agotó el fervor patriótico de "la que nunca abandona".

Una vez más, la banda del garque dando lástima.

Si no existieran habría que inventarlos, si no de qué nos íbamos a reír?