Fieles a su perpetua condición de mamaderas de cualquier equipo que enfrente a Peñarol, los jugadores tricolores se suman al coro de gallinas que cacarean a los cuatro vientos sus deseos de ver salir campeón a Defensor.
No conformes con la rutinaria práctica de gastar guita para tirar cuetes cada vez que Peñarol recibe un gol, ahora declaran públicamente que gritan los goles de cualquier otro equipo.
Es lógico, cuando se enfrentaron a Peñarol fueron pisoteados y humillados, siendo eliminados por su padre, el Campeón del Siglo XX de toda pretención de campeonato.
Ya se sentían campeones de América y tri campeones uruguayos, y apenas si lograron clasificar medio de casualidad para la pre Libertadores.
Es lógico que ahora destilen envidia y se hagan hinchas de los demás equipos chicos.
No en vano han sido elegidos desde hace ya tiempo como el equipo más mamadera del mundo, y le hacen honor cada día de sus plumíferas vidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario