Fundidos por envidiosos


Reconocido por ellos mismos, la envidia, el mirar todo el tiempo qué hace papá Peñarol, ese complejo eterno de segundones...
Como papá Peñarol hizo un estadio había que tratar de hacer lo mismo, de apuro, sin ideas, sin pensarlo, sin capacidad de hacerlo ni forma de pagarlo, aunque se fundieran, la cosa era tratar de matarle el punto a Peñarol.
Y lo que se consiguió fue un mamarracho mal hecho y sin terminar.
En resumen, un ejemplo más de lo que pasa desde el nacimiento de la gallina del Uruguay, vivir a la sombra de Peñarol, mirando qué hace para tratar de imitarlo.


Nacional de Montevideo

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Instagram