
Hace hoy exactamente 3 años, nuestro símbolo, el Chengue Morales, abandonaba la cancha en un clásico en que nos comimos una paliza absoluta, tirando la camiseta a la hinchada de Peñarol.
Minutos más tarde luego declararó que en Nacional no jugaba más.
Habíamos perdido el clásico anterior por el Clausura, 4 a 2, y ese 13 de julio buscando revancha por el clásico de la Liguilla perdimos 2 a 0.
El Chengue hizo una falta absurda contra el golero, una falta de frustración, de calentura por el baile que se estaba llevando su equipo, y recibió la segunda amarilla y roja.
En las tribunas también, como siempre, todo era amarillo y negro, y al caminar hacia el vestuario, con un gesto de fastidio mezclado con derrota, se sacó con rabia la camiseta y se la tiró a la hinchada carbonera.
Una verguenza más para el historial tricolor, plagado de episodios humillantes que han ido forjando nuestra historia haciéndonos lo que somos: la gallina de Uruguay.
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